No
dormía : vagaba en ese limbo
en
que cambian de forma los objetos,
misteriosos
espacios que separan
la
vigilia del sueño.
Las
ideas que en ronda silenciosa
daban
vueltas en torno a mi cerebro,
poco
poco en su danza se movían
con
un compás más lento.
De
la luz que entra al alma por los ojos
los
párpados velaban el reflejo,
mas
otra luz el mundo de visiones
alumbrada
por dentro.
En
este punto resonó en mi oído
un
rumor semejante al que al que en el templo
vaga
confuso al terminar los fieles
con
un Amén sus rezos.
Y
oí como una voz delgada y triste
que
por mi nombre me llamó a los lejos,
¡y
sentí olor de cirios apagados,
de
humedad y de incienso!
Entró
la noche y del olvido en brazos
caí
cual piedra profundo seno.
Dormí
y al despertar exclamé: -¡Alguno
que
yo quería ha muerto!
Autor de la selecció: Isidre
Durán Capella
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